Vargas
Llosa en el libro “La verdad de las mentiras” afirma que antiguamente las
sociedades eran más cerradas. La ficción no era considerada un pensamiento,
sino que era un tema peligroso el hecho de que las personas pudiesen anhelar y
cuestionar. Creían que no existía esa necesidad.
Estas sociedades se ven
reflejadas en los regímenes totalitarios, ya que, quienes tienen el poder de
cambiar la realidad y construyen una, mostrándola como la “oficial” para que
los ciudadanos crean en ella y no la pongan en duda. Además, existe una
censura, por el miedo al cuestionamiento y el anhelo. Un ejemplo de lo recién señalado
fue la dictadura a la que fue sometida Chile, donde, en gran parte de esta, no
se permitía a las personas soñar con una realidad distinta ya que se instaló el
miedo en la sociedad como un mecanismo para el control.
Con el tiempo se generó una apertura de
esa mentalidad, limitada en esa época. En las sociedades abiertas soñar sí está
permitido. Muchas personas no están conformes con sus vidas, por lo que anhelan
cosas distintas, y ahí es donde entra la ficción. En consecuencia, surge la
literatura distópica con el fin de criticar la sociedad cerrada, entendiendo
como una necesidad que las personas sueñen y rebatiendo el supuesto
peligro.
Una de las distopías literarias más famosas es “Fahrenheit 451”, donde
Guy Montag era un bombero encargado de quemar libros conservados ilegalmente y,
si era necesario, las casas donde se encontraban. Los libros eran considerados
peligrosos y su uso estaba prohibido, por lo tanto, quienes no respetaban esa
norma eran castigados. Él comienza a reflexionar sobre su vida y su trabajo, a
cuestionar el funcionamiento del mundo y el peligro que poseen los libros a
propósito del anuncio de una guerra atómica y de la poca importancia que le
entrega la gente. Ahí es cuando, guiado por la curiosidad, roba libros, los lee
y se da cuenta de lo enriquecedores e importantes que pueden ser, por lo tanto,
siente que su labor es destructiva con la sociedad, y no un servicio por el
bien común. Luego, el jefe de Montag, Beatty, le entrega un sermón de porqué
los libros son ofensivos y lo superior que es la sociedad actual respecto a la
anterior, en donde era permitido el pensamiento libre y la expresión de
opiniones. Después, Montag decide leer veinte libros que retuvo, y llamó a un
profesor retirado que conoció, el señor Faber, para compartir conocimientos.
Tiempo después, en el cuartel se realiza una retórica anti-libros y
anti-intelectual. Cuando descubren a Guy, su casa es quemada y escapa a un
lugar con distintos intelectuales. Estalla la bomba atómica y solo estos
hombres salen de los escombros, listos para una nueva sociedad donde libros y
pensamientos puedan surgir.
Guy era de los pocos que ve de otra manera las cosas,
que se cuestiona, y que no sigue las normas que establecen que los libros son
peligrosos. Era un hombre que no estaba conforme con su vida y, a través de los
libros logra encontrar un sentido y llenar el vacío, contradiciendo lo
instaurado. Además, se cuestiona constantemente cómo y porqué las cosas
funcionan de tal manera, transformándose en un crítico de la sociedad.
Este libro claramente representa una
distopía, debido a que se ve reflejada una sociedad cerrada que prohíbe la
lectura de libros, por el supuesto peligro que presentan. Los libros, a partir
de la demostración de realidades distintas a la del lector, les permiten
imaginar, soñar, aprender y generar críticas a distintas situaciones. Es por
esto que, sin ellos, los ciudadanos no se cuestionan la vida que tienen ni la
realidad. Ahí, no está permitido la existencia ni el cuestionamiento de otra
historia que no sea la “historia oficial”, entregada por quienes tienen un
excesivo poder.