El valor de las cosas


    En el texto “El diario a diario”, de Julio Cortázar, se muestra en un inicio un hombre con un diario que, luego del paso de media hora, deja de ser tal y se convierte en un conjunto de hojas impresas dejadas por el hombre en un banco. El periódico no sufrió ningún cambio físico, pero dejó de tener algo, eso que lo hace ser lo que es, la información que el hombre necesitaba. Esta necesidad es resuelta en unos cuantos minutos para dar paso a esta “excitante metamorfosis”, la que toma lugar a partir del valor que se le entrega al diario. En el desarrollo de este breve relato, los papeles oscilan entre diario y hojas impresas. Finalmente, una mujer se acerca, lo lee, le quita la esencia al periódico y este se convierte en papeles impresos, terminando su metamorfosis con la transformación final de los papeles en un empaque para medio kilo de acelgas.

    El autor nos muestra cómo cambia nuestra percepción de los objetos en función del valor que cada uno le dé a ellos. Esto se ve reflejado cuando en un principio el objeto es un diario, porque quien lo compra está interesado en él, pero luego de leerlo pierde su valor y se vuelve un conjunto de hojas insignificantes. Así, dependiendo de la persona, la función del diario cambia, ya que el valor que se le da al objeto es subjetivo y este es el que nos entrega las distintas percepciones mencionadas en el relato. No hay una definición para cada objeto y, si existiese, estaría formada por cada individuo, no necesariamente coincidente entre ellas. 

    En conclusión, Cortázar nos muestra que no existe predeterminación alguna en los objetos y que el valor de ellos está sujeto a la subjetividad de cada uno.  Por ejemplo, la prensa crea periódicos que al mismo tiempo son papeles impresos, papeles para evitar pintar el piso, empaque para acelgas, material para el trabajo de algún alma creativa y así son infinitas las formas en que vemos los objetos. Además, como grupo creemos que el cuento nos da una imagen de cómo son realmente las cosas, no existe una verdad absoluta, el uso de los objetos es subjetivo y en el momento en que crees que no lo es, estarás viendo la realidad en blanco y negro, evitando los grises dominantes en la formación de la verdadera realidad.