La lotería
El boom de la tradición
-¡No es justo! ¡No hay derecho!- Siguió exclamando la señora Hutchinson. Instantes después todo el pueblo cayó sobre ella...
Un año después la familia Hutchinson volvió a asistir a la lotería, pero esta vez se les veía totalmente distintos. No se acercaron a la especie de “círculo” que se formaba alrededor del señor Summers si no estuvieran alejados y se les pudo apreciar sin ganas de estar ahí. Pero como todos saben, al ser tradición del pueblo, tenían que asistir y participar de esta ceremonia.
-Muy bien -anunció sobriamente el señor Summers-, supongo que será mejor empezar de una vez para acabar lo antes posible y volver pronto al trabajo. ¿Falta alguien?
Terminando, el conteo de familias y el juramento por parte del señor Summers, comenzó la entrega de los papeles:
-Allen -llamó el señor Summers-. Anderson... Bentham.
Finalizando el conteo con los Zanini, llegó la hora y el señor Summers dió la indicación:
-Muy bien, amigos.
Como siempre, por unos instantes nadie se movió, y empezaron a revelar las papeletas. De pronto, todas las mujeres se pusieron a hablar a la vez:
-Quién es? ¿A quién le ha tocado? ¿A los Dunbar? ¿A los Watson?
Al pasar unos minutos, volvió a pasar.
-Son los Hutchinson. Les ha tocado nuevamente-.
Los Hutchison se miraron entre ellos, y comenzaron a llorar. Bill cayó de rodillas. Nadie podía creerlo. Todos sabían lo difícil y duro que había sido para la familia vivir sin Tessie y ahora con una mala fortuna ganaron la lotería de nuevo.
El señor Summers dijo: -Bill, Nancy y Dave necesito que se acerquen para sortear el último papel-.
Los niños, sollozando, levantaron a su padre quien no podía levantar la mirada y de esta forma se acercaron al señor Summers y a la caja.
Las mujeres miraron esta escena con un nudo en la garganta, nadie podía creerlo. En el pueblo nunca había pasado que una familia gane dos veces seguidas la lotería.
Dada terminada la entrega de los papeles a los Hutchinson, Bill, abre su papel. Era uno de los jóvenes.
El silencio
recorría todo el pueblo. El señor Summers, da la indicación de que Nancy, Bill
y Dave abran sus papeles. Inesperadamente el pequeño Dave se come el suyo. sus
hermanos asombrados, lo siguen y se comen sus papeles, el papel de la lotería
desapareció. La revolución latía en el corazón de los jóvenes, ellos al igual
que los niños Hutchinson empezaron a irse en contra de esta longeva tradición
que ya muchas vidas se habían llevado. Los niños se manifestaron y juntos
empezaron a desafiar al señor Summers el cual estaba en total discordancia con
ellos, todos los niños empezaron a tomar las piedras que estaban destinadas
para el ganador de la lotería y de esa manera se acercaban más al encargado del
sorteo, cuando los niños comenzaron a lanzar las piedras el señor Summers. Pero
parecía que este acto no era suficiente.