La imagen de las palabras


    El relato “No oyes ladrar a los perros”, escrito por Juan Rulfo, trata sobre un padre que, mientras reprocha cómo ha sido el comportamiento de su hijo, carga a este último en busca de un pueblo. El joven está herido y moribundo, y el viejo cansado. A través de distintos comentarios que realiza el hombre mayor nos damos cuenta de cómo el padre ve a su hijo. Por ejemplo: “usted andaba trajinando por los caminos, viviendo del robo y matando gente... Y gente buena”, hasta llegando a considerar que “Ése no puede ser mi hijo”, de lo que entendemos que la relación entre estos dos está totalmente quebrada. Cuando hablan, apenas hay diálogo entre ellos, y el “monólogo” del padre está lleno de rencor y repudio. El viejo también declara que: “Todo esto que hago, no lo hago por usted. Lo hago por su difunta madre.”, ya que ella lo habría regañado de no haber ayudado al joven en un momento en que su vida corría peligro. Además, para este, el único vínculo emocional vivo con su hijo es su esposa, la madre del niño. Nada más los une. 
    A través de algunos extractos se construye una imagen poderosa, que nos sirve para visualizar la situación descrita. Por ejemplo, “sombra tambaleante” nos cuenta que uno está cargando al otro, al ser solo un cuerpo que tambalea debido al cansancio del padre, quien es el que carga. También, encontramos importante la mención de la luna como elemento fundamental en la ambientación. Ya que, Rulfo la describe como “redonda” lo que nos indicaría que es luna llena y además, como una “llamarada”, entendiéndose que entrega luminosidad. Debido a que el padre es quien carga, va de frente al camino, teniendo la capacidad de ver el trayecto gracias a la luna. Y, es por esto que le pide al hijo que escuche a los perros ladrar, como señal de que están cercanos al destino.
    Como grupo destacamos la habilidad de Rulfo de situarnos de gran manera en el cuento, haciéndonos imaginar el espacio y tiempo de la trama de gran manera. Igualmente, el autor mexicano usa elementos propios de un escenario y los convierte en simbólicos. Esto hizo de un gozo mayor la lectura del texto de Rulfo.